domingo, febrero 08, 2004

Hablemos de politica

No hubo que esperar mucho tiempo para conocer las verdaderas razones por las cuales fue removido el ex embajador mexicano en “Naciones Unidas”, Adolfo Aguilar Zínser. Hoy los hechos confirman esa paranoia que tenía irritado al General Colin Powell; no eran, como aquí mismo se comentó en su momento, esas declaraciones sobre “el patio trasero” de los Estados Unidos que Aguilar Zínser expuso como Presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en una conferencia de corte académico en la Universidad Iberoamericana, razones suficientes para su cese fulminante . El motivo siempre fue otro y mucho más de fondo que de forma.

El decir que México opera como el patio trasero de los Estados Unidos no era motivo suficiente para ese tratamiento tan severo por parte de Vicente Fox y su gobierno, sobre todo por unas declaraciones que no afectaban, más bien definían la actitud sumisa de México ante un gobierno extranjero; mismo que hoy ha sentado sus reales en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México.

Hoy vemos hasta donde llega la sumisión y el servilismo del actual gobierno de México, que ha pasado de ser patio para convertirse en el verdadero trasero de la Unión Americana.

Si antes había dudas de la poca identidad que tiene Vicente Fox con los oriundos de los Estados Unidos Mexicanos, ya no queda ninguna duda, la intervención directa de los servicios de seguridad del vecino del norte en territorio mexicano lo confirman. Mitad español, mitad irlandés, por fin salieron a relucir esos genes, los de un hombre que tiene en sus venas sangre de otras latitudes, o cuando menos la suficiente para no conocer y respetar la letra del Himno Nacional Mexicano en cuanto al enemigo que, obviamente no se llama Osama Bin Laden, más bien respondería al nombre de Goerge Bush u otro mandatario norteamericano.

México ha perdido hoy su poca dignidad, así lo fundamente un "coyote" e improvisado secretario de gobernación de México. El asunto no es cuestión de jurisprudencia y quizá tampoco de soberanía, es mero sentido común el permitir o no que entes extraños determinen y apliquen medidas restrictivas que debieran hacer autoridades mexicanas en materia de seguridad nacional. Intervenir en los aeropuertos mexicanos, así sea como se dice: "con todas las de la ley", representa un hecho que provoca vergüenza y humillación para las autoridades de México. Léanse en este contexto todos los cuerpos policíacos y militares de la nación que han sido juzgados y sentenciados por inútiles en un sólo acto.

El FBI en el aeropuerto de la Ciudad de México y antes la DEA en la PGR, son presencias nefastas que no se justifican por motivo alguno. Menos con ese argumento falaz que sólo busca otorgarle garantías y tranquilidad a quien ya vive en el terror pues vive allende nuestras fronteras del norte. México es hoy lo más parecido a una letrina por cuyas cañerías corre toda la inmundicia después de ese cambio de apósitos, para poder entrar estéril al territorio de los Estados Unidos de Norteamérica.

La presencia norteamericana en México es y será siempre una molestia para el mundo, o como se dijera en México, el pretexto y “la puntita” para lo que vendrá después en materia de seguridad nacional.

A los aeropuertos pronto se sumarán los puertos y otras garitas dentro del territorio mexicano, dado que es conocida y pública la falta de estructura y personal calificado para atender millones de kilómetros de fronteras y litorales. Las fuerzas navales de México operan con chatarra que nos venden los mismos Estados Unidos y, en materia de seguridad nacional el ejército y las demás fuerzas policíacas del país apenas y conocen su significado.

Por ahora el juicio para el gobierno de Vicente Fox es duro y será más severo pues desde ahora ha sido, públicamente reprobado en materia de seguridad nacional. Aunque él siempre sostendrá todo lo contrario.

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